El cuidado de los pies para mantenerlos suaves e hidratados 26 January 2022
Callos, durezas, talones agrietados, ampollas… ¿Has sufrido alguna vez alguno de estos problemas de los pies? Estos trastornos son muy comunes y generalmente, no revisten demasiada gravedad, pero no por ello debemos restarles importancia.
Además de usar un calzado adecuado, el cuidado de los pies también es clave para solucionar y prevenir estas dolencias. Si quieres aprender cómo mantener tus pies sanos y suaves, ¡sigue leyendo y toma nota de estos consejos!
Pies descuidados: síntomas y causas
Los pies siempre deberían formar parte de nuestra rutina diaria de higiene y cuidados personales pero lo cierto es que, en la mayoría de las ocasiones, no nos acordamos de esta parte del cuerpo hasta que aparece el dolor. Algunas patologías, como los juanetes o los pies planos, cavos o valgos están causadas por malformaciones congénitas y requieren de una solución quirúrgica, pero, muchas otras veces, la causa del sufrimiento de nuestros pies es mucho más fácil de solucionar.
La hiperqueratosis, por ejemplo, es uno de los trastornos más comunes asociadas a un cuidado de los pies deficiente. Esta afección se produce cuando las células muertas se acumulan en la parte superficial de la piel, compuesta por queratina, engrosándola y endureciéndola para proteger estas partes del pie de una fricción excesiva. Las durezas y los callos son la manifestación visible de este endurecimiento, con causas muy similares pero características diferentes.
Las durezas suelen afectar principalmente a la zona del talón y la almohadilla de la planta del pie, donde la piel se endurece, se reseca y se agrieta. Aunque suelen ser indoloras, las durezas resultan muy antiestéticas, especialmente a la hora de lucir nuestro calzado de verano. Los callos, sin embargo, suelen localizarse en la parte superior o los laterales de los dedos. A diferencia de las durezas, que afectan a una zona más amplia y no tienen forma definida, los callos suelen presentar una forma pequeña y redondeada y una coloración amarillenta.
Cuidados para mantener tus pies sanos
¿Cómo tener los pies sanos, suaves y sin durezas? Con un cuidado para los pies adecuado es posible prevenir la aparición de callos, durezas y otros trastornos menores, pero si ya es demasiado tarde, ¡todavía existen soluciones! A continuación, te explicamos en detalle todas las claves para lucir unos pies sanos e hidratados, sea cual sea la época del año:
- Los zapatos que usas cada día repercuten de forma directa en la salud de tus pies, pero, ¿cómo puedes saber si este calzado es el más adecuado para cuidarlos? La comodidad es clave, pero tus zapatos también deben ofrecer la estabilidad y la sujeción suficiente para mantener una pisada correcta. Los expertos en el cuidado de los pies recomiendan escoger un calzado que no comprima los laterales del pie, con una horma con tamaño suficiente para que no nos aprieten y nos resulten cómodos, sin que nuestros pies se deslicen demasiado dentro del calzado.
- ¿Sueles usar zapatos de tacón? El uso habitual de tacones excesivos es la causa más común de los problemas de los pies entre las mujeres así que, por mucho que te guste su efecto sobre tu silueta, ¡modera su altura! Si quieres que tus pies lleguen al final del día mucho más frescos y descansados, lo ideal es que tus tacones no superen los 4 centímetros de altura.
- En verano las chanclas son una opción muy fresca y cómoda para vestir nuestros pies, pero los expertos advierten de que este tipo de calzado abierto, suelto y totalmente plano no resulta nada beneficioso para su salud. Para evitar que tus pies se resientan, prueba a alternar tus sandalias y chanclas con zapatos más cerrados, con mejor sujeción.
- El uso de calcetines es una forma sencilla pero muy eficaz de prevenir la aparición de durezas, callos y otros problemas generados por un exceso de fricción, como las ampollas. Para un cuidado de los pies óptimo, escoge calcetines fabricados con fibras naturales, como el algodón, que protegen los pies y garantizan la transpiración.
- Las plantillas son otro accesorio muy útil tanto para el cuidado de los pies con durezas como para los pies cansados, por lo que resultan muy recomendables si pasas muchas horas de pie o caminando. Incorporando unas plantillas a tu calzado, lograrás reducir la presión sobre zonas estratégicas como el talón, previniendo su aparición. Además, su uso habitual no solo hará que tus zapatos resulten mucho más cómodos, también te ayudará a mantener una alineación postural adecuada y una pisada correcta. Si buscas unas plantillas para durezas de los pies, te recomendamos probar unas plantillas de gel o silicona, excepcionalmente suaves y confortables.
- El cuidado para los pies con resecos o con durezas incluye tres pasos básicos: limpieza, exfoliación e hidratación. Para eliminar el exceso de células muertas puedes usar una piedra pómez, una lima manual o una electrónica, una solución fabulosa para conseguir unos pies suaves y sin durezas. Después, procede a aplicar una crema hidratante específica, preferentemente por la noche para que sus componentes activos puedan actuar durante más tiempo.
- Si sufres de callos en los pies, para eliminarlas necesitarás un producto específico para estos trastornos de la piel, como una crema callicida o apósitos con activos reparadores. Estas soluciones tópicas suelen contener ácido salicílico o urea, dos componentes que ayudan a disolver la queratina acumulada, exfoliar la piel y prevenir la pérdida de agua, para que los pies queden suaves y bien hidratados. Una vez solucionado el problema, puedes prevenir su reaparición exfoliándolos con regularidad e hidratándolos diariamente.
- Los masajes son una práctica que siempre deberías incluir dentro de tu rutina de cuidado de los pies, fantásticos para aliviar las tensiones musculares acumuladas a lo largo del día. Masajea cada zona con movimientos circulares: tobillo, talón, arco plantar, empeine, yemas de los dedos… Con solo unos minutos, ¡te aseguramos que notarás la diferencia!
Ahora que ya sabes cómo cuidar de la salud de tus pies, ¡solo queda poner en práctica lo aprendido! Ten en cuenta las recomendaciones anteriores y repite estos cuidados a diario. ¡Solo necesitas un poco de constancia para lucir unos pies hidratados y suaves como la seda!
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