Einstein y sus zapatos 24 April 2015
¿Os habéis preguntado alguna vez como eran los zapatos de Einstein? ¿O si le gustaban los zapatos de un color o de otro? O… ¿Cuáles eran sus preferencias para sus pies? En este post vamos a conocer una historia sobre Einstein y sus zapatos.
Un día de finales de 1952, Peter Hulit, un zapatero de New Jersey, recibió una llamada urgente… Era Dukas, la secretaria de Albert Einstein, que pedía que fuese a casa del físico para solucionar su dolor de pies porque le dolían tanto que necesitaba unos zapatos nuevos.
Hulit, que conocía bien la profesión de Einstein pensó que debería resultarle difícil concentrarse en su trabajo si le dolían los pies… Por eso, no dudó ni un instante y fue a casa del genio con un medidor de pie y unos cuantos pares de zapatos.
Cuando llegó a la pequeña casita de dos pisos, el zapatero se encontró a Einstein bajando por las escaleras mientras fumaba una pipa. El físico, de su bolsillo trasero, sacó un trocito de papel doblado.
En el papel había escrito: This is the problem (Este es el problema) junto a un boceto rápido que ilustraba su problema del dolor de pies y al lado mismo, otro boceto donde había dibujado el zapato perfecto.
Más abajo del papel, habían dos bocetos más uno era de su pie derecho que mostraban el patrón de la presión en el pie, junto a la palabra bad (malo). El otro era la solución que Einstein había encontrado para su problema y este último estaba titulado con la palabra: good (bueno).
Einstein, como buen investigador había tratado de buscar la causa de su propio dolor de pies y con esto, una solución para que le aliviase.
… no siempre hace falta un genio para diagnosticar un problema.
Hulit estudio y mesuro los pies de Einstein y se dio cuenta que la idea del genio era buena. No obstante, no era la solución para él. Lo que ocurría realmente es que el físico había ganado un poco de peso a causa de su avanzada edad, y como consecuencia sus pies habían cambiado de talla.
La conclusión del zapatero fue que el profesor únicamente necesitaba unos zapatos más grandes con eso su dolor desaparecería.
Cualquiera de nosotros, igual que Hulit, habría pensado que la solución era simplemente comprarse unos zapatos nuevos que se ajustasen mejor a nuestro o bien, utilizar unas plantillas para aumentar la comodidad de nuestro pie. Pero está claro que no le habríamos dado tantas vueltas.
Pero el cerebro de Einstein estudiaba y analizaba la situación de otra manera más compleja y profunda. Esa fue la grandeza de físico: imaginar, percibir y pensar las cosas de diferente manera y siempre intentar encontrar una solución lógica.
…. Y de esta revolucionó la física.
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